martes, 8 de noviembre de 2016

Reflexión sobre las ventajas y desventajas de la conviviencia escolar.

En mi opinión no se puede hablar de ventajas o desventajas de la convivencia, puesto que ésta no es una elección, sino una obligación. Somos animales sociales. Día a día en la escuela o en cualquier otro ámbito compartimos tiempo y espacio, haciendo inevitables amores y odios. La clave es el RESPETO. Debemos aprender que aunque tengamos ideas, gustos y aficiones distintas a las de otros y, por tanto, puede que nunca lleguemos a ser amigos íntimos, tenemos que ser compañeros. No siempre es fácil, pero se aprende. La convivencia trae conflictos, pero gracias a ellos aprendemos a gestionar nuestras emociones y a vivir en sociedad.

Es fundamental que en los centros y en las aulas se respire un buen ambiente, que facilite el aprendizaje y donde no tenga cabida el miedo. Pero desgraciadamente la prioridad acaba siendo lo académico. Hay un plan de convivencia y un reglamento por el que nos regimos, pero considero necesario un tiempo para hacer tutorías, trabajar valores y, principalmente, desarrollar su autoestima, empatía y, en general, sus habilidades sociales e inteligencia emocional. Este trabajo mejoraría la convivencia porque les daría herramientas concretas a los alumnos para que sean capaces de enfrentarse a todo tipo de situaciones.
 

Como siempre, los maestros, en las escuelas tenemos la oportunidad de aportar nuestro granito de arena para mejorar la convivencia y prevenir el acoso. Pero
no puede recaer todo el peso sobre nuestros hombros. La responsabilidad es de todos los miembros de la comunidad educativa. Los profesores debemos formarnos porque estamos muy lejos de poder atender las demandas de nuestros alumnos y de la sociedad actual. Pero después tenemos que conseguir que de verdad la educación busque la formación integral del individuo.


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